La La Land, la película del momento. Sí, voy a hablar de ella, pero no por sus 14 nominaciones a los Oscars, ni por su magnífica banda sonora. Tampoco por el gran trabajo de su director o porque al terminar la película toda la sala estuviera emocionada y muchos tuvieran que recurrir rápidamente al pañuelo para secar unas lágrimas, quizá inesperadas.
Voy a hablar de un pequeño detalle de la película, que para alguien del mundo de la comunicación quizá no sea tan pequeño. Se trata de un logotipo. Si has visto la película sabes a qué logotipo me refiero, si no lo has hecho, te recomiendo que vayas a verla mientras siga en pantalla y te fijes en él. Este logotipo representa mucho para sus protagonistas, es mucho más que un símbolo. Es la marca que representa una historia, su historia.
En el mundo de la publicidad, esta representación es la base sobre la que hoy en día construimos una imagen de marca, la percepción que tiene el público de ésta. Podríamos definirla como el hilo que une las asociaciones que se realizan sobre la misma, las características y atributos de un producto o servicio que el cliente percibe.
Como personas individuales, como colectivo o como empresa, todos queremos que valoren nuestra marca y se tenga en cuenta, ya sea personal, de producto o servicio. Para ello debemos darla a conocer, que la reconozcan y la consideren como un valor con el que hay que contar. Y para eso debemos gestionar las percepciones y posicionarnos como deseamos en la mente de todas aquellas personas en las que queremos influir. Se trata de dejar nuestra huella, nuestra impresión, mediante un conjunto de acciones planificadas que vamos a realizar para generar experiencias que produzcan una reacción positiva en nuestra audiencia.
Convertir un producto o servicio en algo diferente, reconocido y valorado es el propósito del branding. De esta forma, el branding se convierte en un método para conseguir que la gente conozca tu marca, sepa lo que hace y obtenga el reconocimiento merecido. Consiste en comprender cuáles son los atributos, fortalezas, habilidades, valores y pasiones que la hacen única y de emplearlos para diferenciarla de la competencia y finalmente, comunicar de modo claro lo que ésta ofrece.
Todo para convertir tu marca, en un branding de cine.